viernes, 11 de diciembre de 2015

Hoja quincenal de IZAR nº3. Comunicado ante las elecciones generales del próximo 20 de diciembre.

Las elecciones generales del 20D, una oportunidad perdida para popularizar un programa de ruptura con el capitalismo.

El balance de la crisis capitalista estos últimos 8 años es demoledor para las clases populares en el estado español. Paro, precariedad, cada vez más desigualdades entres hombres y mujeres, miseria, desahucios, y un largo etcetera. La situación no parece que vaya a cambiar después del 20D. La propia comisión europea ya ha anunciado que el próximo gobierno tendrá que recortar unos 15 000 millones de euros. Sin embargo, el balance de esta crisis no es igual de demoledor para todos. Es más, algunos han utilizado dicha crisis para seguir enriqueciendo más y más de forma indecente. Las políticas llevadas a cabo tanto por el PSOE made in ZP primero y por el PP ahora han ido en el mismo sentido: beneficiar mediante sus políticas a esos pocos, cada vez más ricos, que detienen la mayor parte de las riquezas. Estas elecciones deberían habernos permitido señalar esa contradicción y haber popularizado un programa que, conectando con el sentir de la clase trabajadora y de la juventud, permitiera avanzar en la necesaria ruptura con el sistema capitalista, responsable en definitiva de la situación actual que padecemos.

Un programa que defienda el derecho a la vivienda, unos servicios públicos de calidad, el reparto de las riquezas, el derecho a un trabajo digno, la ruptura con el régimen del 78 y sus instituciones debe poner sobre la mesa elementos como el no pago de la deuda, la expropiación de las viviendas vacías en manos de las entidades financieras, la prohibición de los despidos, el reparto del tiempo del trabajo con igual salario, la expropiación de los sectores estratégicos y productivos, la reforma agraria que ponga a disposición de la clase trabajadora las tierras de los grandes terratenientes expropiándolas, la creación de una única banca pública bajo control de lxs trabajadorxs con el fin de destinar el dinero a las necesidades sociales de la mayoría y no a la especulación de una minoría.

Las elecciones del 20D habrían sido ideales para socializar estas reivindicaciones en un momento en el que el debate político interesa una gran parte de la sociedad. Pero no basta con socializar un programa, también hay que socializar como se impone un programa de esas características. Un programa que se enfrenta verdaderamente a los intereses de los de arriba, es decir a su propiedad privada, sólo puede llevarse a cabo mediante la movilización sostenida de la clase trabajadora y de la juventud. Las conquistas sociales a lo largo de la historia se han alcanzado mediante la lucha consciente de las clases populares. Las elecciones siempre han sido un punto de apoyo pero nunca un fin en sí mismo.

PODEMOS y UNIDAD POPULAR: dos candidaturas que no se atacan a la propiedad privada de esa minoría.

Sabemos que ambas candidaturas pueden a día de hoy generar ilusiones en las clases populares de cara al 20D. Sin embargo, entendemos que la tarea de la izquierda anticapitalista y revolucionaria debe ser disipar esas ilusiones cuando dichas alternativas políticas ya han tomado una orientación y un discurso firme de gestión de las instituciones del 78 y del sistema económico. A día de hoy, ambos procesos (Podemos y Unidad Popular) no están ya abiertos. Ya no está en disputa la orientación final y las bases pintan cada vez menos. Podemos ha optado definitivamente por la aceptación de las instituciones del régimen del 78 y ya habla como mucho de reformar la constitución del 78. Nada nuevo bajo el sol en cuanto al modelo territorial o de estado. En cuanto a la cuestión de romper con un sistema económico injusto que genera desigualdad y miseria, nada. Se trata a lo sumo de gestionar el sistema capitalista de la manera más humana posible pero sin hacer tambalear los pilares que ocasionan dichas desigualdades. En cuanto a Unidad Popular, el balance es parecido. El proceso de UP ha finalizado en una candidatura dirigida por la dirección de IU pero con una marca nueva para intentar resistir al invite electoral. Es cierto que ambas alternativas pueden generar ilusiones. Pero qué se puede esperar de organizaciones que en cuanto han podido han gobernado de la mano del PSOE y han aplicado políticas de recortes contras las clases populares o que han aplaudido el tercer memorándums griego aplicado por el gobierno de Tsipras y Syriza en Grecia que conlleva recortes, privatizaciones y represión a los que se movilizan contra la Troika. Alberto Garzón y Pablo Iglesias defienden esas políticas. Cada uno con sus matices pero defienden al fin y al cabo una misma lógica: la de no enfrentarse a la propiedad privada de los que no dejan de enriquecerse estemos o no en crisis.

El discurso político y programático ha ido en el caso de Podemos pasando de algunos elementos que permitían, durante las elecciones europeas, poner sobre la mesa la cuestión de la ruptura como el no pago de la deuda, la prohibición de los despidos en empresas con beneficios, la nacionalización de los sectores estratégicos o el derecho de autodeterminación a la reestructuración de la deuda, el abandono de la renta básica, la ambigüedad con respecto a la OTAN y al pacto antiyihadista, el abandono de la jubilación a los 60 años, el alineamiento con C's, PSOE y PP en contra del derecho a decidir en Catalunya, etc. En cuanto a UP-IU, el discurso puede aparentar ser más de izquierdas, sin embargo existe una gran diferencia entre lo que dicen y hacen. No hay más que ver las experiencias de cogobierno con el PSOE o su posición con respecto a cuestiones delicadas y de fuerte presión electoral como son el proceso independentista catalán o los atentados de París. En el primer caso, deciden votar no a la resolución independentistas en el Parlament argumentando también que la decisión reside en el conjunto del estado español y en el segundo, deciden no denunciar las políticas imperialistas del gobierno francés que alimenta el terrorismo de ISIS ni el apoyo del PCE y del Front de Gauche a la ampliación del estado de emergencia a tres mesas que prohíbe manifestarse y reunirse y por lo tanto cualquier tipo de respuesta en la calle contra las políticas guerreras del gobierno de Hollande. Todos eso sin hablar del papel que ha jugado IU/PCE en la política de concertación social llevada a cabo por la dirección de CCOO.

Por todas esas razones desde IZAR llamamos a no votar a ninguna de estas dos alternativas para no contribuir a generar falsas ilusiones. Sabemos que much@s de l@s compañer@s con los que llevamos tiempo compartiendo luchas y debates en el seno de Podemos decidirán votar dicha opción. Esto no debe impedirnos encontrarnos el 21D en la calle. La tarea gane quien gane el 20D seguirá siendo la de reconstruir la movilización. Ahí deberemos encontrarnos si queremos hacer frente a las políticas antisociales que nos esperan.

Hay que construir desde ya la “segunda vuelta” social.

Sea cual sea el escenario de gobierno que nos encontremos después del 20 de diciembre las políticas de recortes seguirán adelante. La Comisión Europea ya ha avisado. Estas políticas de austeridad tendrán que enfrentarse desde la movilización y las huelgas. No podemos esperar a que las organizaciones políticas que sólo están pensando en ganar cuotas electorales o que las direcciones de las grandes centrales sindicales que llevan años llegando a pactos antisociales con las patronales impulsen la movilización. La tarea central de la izquierda anticapitalista y revolucionaria tiene que ser empujar estas luchas en los centros de trabajo, en los centros de estudio y en los barrios defendiendo un programa para la clase trabajadora y la juventud. Elementos como la solidaridad con el legítimo derecho del pueblo catalán a decidir su futuro o el no al envío de tropas a Siria por parte del Estado Español en apoyo a una guerra imperialista son luchas que, junto con la lucha contra la islamofobia, los derechos laborales, las pensiones, los servicios públicos y los derechos contra todo tipo de opresión, están por librar después del 20D.

El pasado 28 de noviembre en Málaga se lanzó la iniciativa “No Hay Tiempo Que Perder”. Un paso más para tratar de unificar a todxs aquellxs que se llevan movilizando desde el inicio de la crisis para conseguir que ésta la paguen los capitalistas. Desde IZAR vamos a contribuir a fortalecer un espacio de esas características. Es el momento de golpear juntos y de proponer de manera unitaria una hoja de ruta para enfrentarnos al nuevo gobierno que salga de estas elecciones y que llevará a cabo una política acorde con la Troika. Pero al mismo tiempo, “No hay tiempo que perder” es también una ocasión para ir construyendo un espacio político unitario, claramente anticapitalista e independiente a Podemos y a Unidad Popular. Y es que gane quien gane el 20D, hay que preparar la “segunda vuelta” social contra los recortes, las privatizaciones, el paro y la precariedad.