lunes, 30 de marzo de 2015

Elecciones Andaluzas. Para acabar con las políticas del bipartidismo sigue siendo necesaria la movilización de la gente trabajadora y de la juventud.


Comunicado de Anticapitalistas Granada
 
El bipartidismo resiste...
Los resultados de las elecciones andaluzas del pasado 22 de marzo siguen mostrando una tendencia abierta en las elecciones europeas. El bipartidismo pierde votos pero resiste. Si bien es cierto que el PSOE pierde cerca de 130 000 votos y el PP medio millón de votos con respecto a las autonómicas del 2012, no es menos cierto que entre ambas organizaciones suman 80 escaños de 109, lo cual supone el 73%. Entonces sí, hay una tendencia que no ha desaparecido. Tanto el PSOE como el PP pierden votos con respecto a 2012 pero sin embargo éstos no se derrumban, sobretodo en el caso del PSOE que mantiene los mismos escaños que en 2012 y gana las elecciones. Gobernar en Andalucía y aplicar una política de recortes acorde con las imposiciones de la Troika y estar inmerso en casos de corrupción como los ERE's no parece haberles pasado factura. Si comparamos incluso los resultados del PSOE y del PP en estas elecciones con los resultados de las elecciones europeas nos damos cuenta que sacan porcentajes muy parecidos. El PSOE sacó el 35,12% de los votos en las europeas y el 35,43% en las autonómicas, mientras que el PP pasa del 25,89% de los votos en las europeas al 26,76% en las autonómicas.

Se derrumba IU. No resiste a PODEMOS ni a su política de pactos con el PSOE...
IU es la gran derrotada de estos comicios. Pierde más de 150 000 votos y pasa de 12 a 5 escaños. La política llevada a cabo por el gobierno de coalición IU/PSOE habrá pasado factura sobretodo a IU alejándola de su base social que ha mirado hacia PODEMOS. El ninguneo del PSOE al romper el pacto unilateralmente al adelantar las elecciones ha dejado a IU muy tocada ante su electorado. Al final, el pacto con el PSOE no se habrá roto ni por el supuesto referéndum prometido a las bases de IU para valorarlo ni por la gestión del conflicto de la Corrala de la Utopía en Sevilla ni por los diferentes presupuestos antisociales que se han ido presentando y votando desde el 2012, sino por una cuestión puramente táctica por parte del PSOE.

Mientras tanto PODEMOS y C's irrumpen con fuerza en el parlamento andaluz
PODEMOS entra con fuerza, pero no logra horadar la base social del PSOE, y pese a que consigue por primera vez representación parlamentaria con 15 escaños (14,84%), este resultado es visto como una derrota, pues no hace mella en el número de diputados del partido de gobierno, aunque sí a su puntal por la izquierda. C's entra fuerte haciendo de cesta de los votos anticorrupción de la derecha, ganando gran parte de los votos perdidos por el PP (unos 370.000) y consiguiendo 9 diputados. La irrupción de C's ha roto la ficción de la transversalidad del voto de PODEMOS que mantenía el equipo dirigente de Iglesias, y ha situado a PODEMOS definitivamente en el campo sociológico de la izquierda. Así, PODEMOS parece galopar en lo electoral sobre el descontento hasta ahora abstencionista, sobre la base social de IU y sobre un sector de votantes provenientes del PSOE.

La movilización sostenida de los que sufren la crisis capitalista, un elemento central para acabar con las políticas del bipartidismo.
Tanto la dirección de IU ayer, como la de PODEMOS hoy, juegan a crear ilusiones en el cambio social mediante las elecciones. Como si ya no sirviera de nada la movilización de la gente trabajadora y de la juventud. Como si la respuesta de los de abajo en la calle no fuese ya necesaria. Han creado una falsa ilusión que consiste en hacer creer que la situación que padece la inmensa mayoría de la población debida a la crisis del sistema capitalista va a cambiar únicamente mediante comicios electorales. No serviría ya de nada luchar en la calle, ni construir movilizaciones unitarias como las marchas por la dignidad, ni apoyar ni reforzar las huelgas en los centros de estudio o de trabajo, ni tratar de hacer converger todas esas resistencias y huelgas en una misma con el objetivo de construir un gran movimiento de conjunto capaz de frenar las políticas de recortes, de despidos y de corrupción del PSOE y del PP cuya única brújula es enriquecer cada vez más a la clase capitalista.

De nuevo aquí no hay atajos posibles...
La mejor forma de acabar con las políticas antisociales del bipartidismo sigue siendo ayer como hoy mediante la construcción de un movimiento de conjunto de la gente trabajadora y de la juventud. Una organización que realmente quiere acabar con el gobierno de Susana Díaz en Andalucía y de Mariano Rajoy en el Estado Español debe encargarse de reforzar las movilizaciones. No se puede en ningún caso limitar a esperar las elecciones. La movilización sigue siendo la mejor herramienta que tienen los de abajo para reconstruir la conciencia de clase de la mayoría. De la misma forma que decíamos que no se pueden aplicar en las instituciones, políticas de ruptura con los intereses de los capitalistas sin una movilización por abajo y sin una presión de los que producen las riquezas, también decimos que esa movilización y agitación por abajo nos pondrá en mejores condiciones para derrotar al PSOE y al PP en las urnas. Lo que hagamos en el futuro en las instituciones debe seguir siempre esa brújula. La de reforzar las luchas de los de abajo por un lado y la de aumentar la inestabilidad de los de arriba por otro. En ese sentido, los 15 diputados de PODEMOS al parlamento andaluz deberían votar NO a la investidura de Susana Díaz y someter dicha decisión al debate y posterior votación en los círculos de PODEMOS.

viernes, 20 de marzo de 2015

ANDALUCÍA: LA “TROIKA” ADELANTA LAS ELECCIONES

Susana Díaz es una fiel reflejo de una política profesional que ha hecho su carrera sobre la base de las políticas clasistas imperantes en Andalucía. No ha trabajado jamás fuera del ámbito del Partido Socialista. Su única meta es perpetuarse en el poder y seguir haciendo políticas para sus amos: el capital financiero. Por eso una semana después de aprobar los presupuestos de 2015 adelanta las elecciones casi un año: para contrarrestar la caída libre de su partido, demostrada en las encuestas, y para mitigar el repunte constante de Podemos a lomos de su propia base electoral.

La posibilidad inesperada de formar gobierno tras las elecciones de 2012 con IU, pusieron sobre la mesa varios aspectos centrales: 1) que el PP comenzó su hundimiento en Andalucía (perdiendo más de 400.000 votos respecto a las elecciones generales) sobre la base de la aplicación de las políticas de austeridad y recortes que sólo en 4 meses generaron miseria, despidos y desesperación en la clase trabajadora, 2) Que ese desencanto de la política fue a parar en gran medida a la abstención, pero también a Izquierda Unida, quien recibió 120.000 votos más respecto a los comicios anteriores, lo que posibilitó que pudiese formar gobierno con un PSOE que ya estaba en caída libre, y 3) Que existía en la población un desencanto generalizado, no hacia la política sino hacia un tipo de política concreta: aquella que estaba haciendo retroceder en décadas las condiciones de vida de la clase trabajadora y de las clases populares.

Balance del gobierno andaluz

Cualquier balance sobre el gobierno bipartito andaluz no puede por más que terminar en una única conclusión: el gobierno Díaz-Valderas se ha comportado como un alumno aventajado de la Troika.

Mientras IU acudía a las elecciones con el eslogan de “Rebélate”, menos de dos meses despúes, su líder en Andalucía, Diego Valderas, salía a la prensa como vicepresidente andaluz anunciando el recorte de más 2700 millones de euros. Al cabo de los años el recorte porcentual acumulado en educación y sanidad ha sido el mayor de todas las comunidades del estado: 8,6% y 10,8% respectivamente. En menos de dos meses la rebelión había cristalizado ya en decepción.

La esperanza depositada de miles de trabajadores y trabajadoras en el gobierno de Andalucía y especialmente en Izquierda Unida es ya una experiencia amarga, que como en otras ocasiones (el tripartit catalán o el cogobierno asturiano) ha terminado en derrota para toda la clase trabajadora y la juventud.

Los aprendizajes en estos terrenos pueden ser muy duros si queremos construir una política valiente que ponga fin a los recortes y que redistribuya las riquezas. El aprendizaje de las experiencias como el bipartito andaluz o incluso las de un gobierno griego que finalmente se condena a hacer más de los mismo, pueden ser la de que no existe política posible más allá de la austeridad y los recortes. No existe política más allá del capitalismo. De no haber aparecido otras nuevas fuerzas a la izquierda, la experiencia del gobierno PSOE-IU sería campo abonado para la derecha y sus nuevos rostros (Ciudadanos).

La irrupción de Podemos

Afortunadamente el voto decepcionado de la nefasta experiencia del gobierno andaluz tiene un nuevo destino: Podemos. Podemos, en menos de un año se ha convertido en la esperanza de mucha gente trabajadora y joven. Ha pasado de la nada a convertirse, según muchas encuestas, en la primera fuerza política del estado y en la tercera en Andalucía, en un escenario de un parlamento andaluz muy fragmentado en el que PP e IU perderían casi la mitad de su electorado y el PSOE obtendría el peor resultado de su historia. Vivimos momentos turbulentos en los que los resultados del 22M pueden ser como los de las últimas elecciones andaluzas: una sorpresa para todos.

Podemos ha recogido parte del capital político que se comenzó a gestar con el repunte de la movilización social nacida desde el 15 de mayo de 2011: luchas en empresas, mareas ciudadanas, movimiento anti desahucios, marea negra, huelgas estudiantiles, marchas por la dignidad, etc. En menos de un año, Podemos se ha convertido en toda una amenaza para los políticos tradicionales y en el enemigo nº 1 a batir. Un primer balance de Podemos nos dice que aún siguen abiertas muchas posibilidades en su seno que hacen que hablar de cualquiera de sus posibles trayectorias sea aún prematuro. Lo que sí podemos decir es que lo que pase dentro de Podemos va a depender en gran medida de lo que ocurra fuera. Sin una movilización fuerte en la calle de la juventud y de la clase trabajadora, Podemos podrá girar hacia posiciones posibilistas que frustren las expectativas de gran parte de las clases populares.

De hecho, la propia naturaleza de Podemos y su relación con la realidad social, han hecho que la propia esperanza que supone su gestación haya servido de freno de la movilización social, reforzando así en su seno las posturas más adaptacionistas al sistema. El programa de Podemos a las elecciones andaluzas así lo refleja, alejandose mucho del programa presentado a las elecciones europeas. Que hayan desaparecido cuestiones centrales como el no pago de la deuda ilegítima, nacionalización de la banca y resto de sectores estratégicos, la eliminación de la escuela concertada, la prohibición de los despidos en empresas con beneficios o la cuestión del reparto de la tierra, etc. no es si no consecuencia de la tendencia señalada más arriba y la relación entre el exterior y el interior. En ese sentido el programa de PODEMOS para las elecciones andaluzas muestra una tendencia que gira cada vez más hacia posturas reformistas que nada tienen que ver con medidas en ruptura con la lógica del sistema capitalista.

Perspectivas

Sin embargo, la realidad actual tanto dentro como fuera de Podemos se nos presenta por ahora aún abierta. La clase trabajadora y la juventud sufren unas políticas de retroceso que no tienen vuelta atrás dentro de los márgenes de este sistema. Un gobierno andaluz que pertenezca a estas mismas clases no tiene más salida que ser un gobierno desobediente. Las necesidades de la población y la propia naturaleza de la deuda, nos obligan a tener que suspender sus pagos para afrontar con esos recursos liberados todas las tareas en materia de creación de empleo, recuperación y mejora de los servicios públicos, derecho a vivienda, etc.

Un gobierno de los de abajo no puede por más que apoyarse en la movilización social para implementar sus reformas. Es impensable pensar que sin esa presión un gobierno puede llevar a cabo el programa necesario para revertir las lógicas de las políticas de miseria. La presión y el chantaje de las organizaciones de la Troika, hacen necesario que una política de tranformación social, necesariamente cuente con dos patas: una dentro de las instituciones y otra, más importante aún, en la calle, que funcione como una verdadera olla a presión que haga mover los engranajes de una política transformadora. Eso significa que PODEMOS debe convertirse en una herramienta que tenga como prioridad a parte de ocupar las instituciones aumentar el nivel de conciencia de la gente trabajadora e implantarse en si seno. Ya que sin la movilización y organización de l@s que producimos las riquezas es imposible pensar en un cambio real para los de abajo.

Revista de "Anticapitalistas" del mes de marzo

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