Ayer 27 de enero de 2014, el presidente Ignacio González, anunciaba su derrota. Con tono triste y apesadumbrado comunicaba en rueda de prensa dos noticias espectaculares: la retirada del plan de privatización de los seis hospitales públicos (tras la nueva suspensión cautelar) y la dimisión del Consejero de sanidad Fernández Lasquetty. Unos minutos después, éste, explicaba abatido que había presentado su renuncia ante el Presidente pues se consideraba responsable del mal llamado Plan de Sostenibilidad del Servicio Madrileño de Salud (SERMAS).
Es una alegría inmensa la que sentimos los profesionales y usuarios de la sanidad pública. Han sido quince meses de conflicto en donde hemos hecho huelgas, recogida de firmas, encierros en nuestros hospitales y centros de salud, mareas blancas en las calles, concentraciones ante las empresas adjudicatarias o incluso, una consulta ciudadana que recabó el apoyo de casi un millón de madrileños. Ha merecido la pena.
Ahora sin embargo también nos acordamos de nuestras “bajas” en esta “guerra”. Hemos perdido la Lavandería de Mejorada del Campo, el Instituto Cardiológico, el Hospital Carlos III y nada menos que 3.500 puestos de trabajo en un solo año. Hemos parado la privatización de los seis hospitales, la de los 27 centros de salud y parcialmente la conversión del Hospital Universitario de La Princesa en un geriátrico. Este es el balance que podemos hacer de estos quince meses de lucha: una gran victoria pero también algunas derrotas.
¿Cuáles son las enseñanzas que podemos extraer de este éxito de la Marea Blanca? Trataremos de resumirlos muy brevemente:
Como decíamos antes, no todo está ganado. Tenemos un largo camino que recorrer y muchos motivos para seguir luchando. Hay que recuperar lo perdido, lo que ya ha sido privatizado antes y la retirada del Plan de Sostenibilidad. Hay que seguir hasta conseguir la derogación de leyes como la 15/97 o la 16/2012 por la que se ha expulsado a 840 mil personas del sistema nacional de salud. Y finalmente, hay que intentar impedir que mediante el sistema de las derivaciones a la sanidad privada, se siga avanzando en la descapitalización y desmantelamiento de nuestro sistema sanitario público.
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