Es indudable que PODEMOS ha movido el panorama político en el estado
español. Ha supuesto una canalización de mucha de la indignación que
desde hace años viene dándose cita en las calles. Indignación que tuvo
como gran hito el 15M, que venía a ser un síntoma de una situación de
desasosiego en la que se ponía en cuestión muchos de los consensos de la
transición, poniendo en el centro de los debates las contradicciones de
un sistema incapaz de seguir aparentando que la historia se había
acabado. El 15M supuso un proceso de politización para mucha gente que
de pronto irrumpió en la escena política, pero también fue lugar de
encuentro de activistas, militantes y sindicalistas que durante años
habían peleado por sus puestos de trabajo, en sus centros de estudio,
por sus barrios...en fin, por ser dueñ@s de sus propias vidas. Tras el
15M todo eso fue fraguando. Y vinieron las mareas, marchas, se reforzó
la lucha contra los desahucios, por los puestos de trabajo, las huelgas
generales...Y ahora PODEMOS. Aunque no sea una consecuencia mecánica, si
se trata de un nuevo síntoma del momento que vivimos. A partir de él se
ha abierto un proceso de politización, de nuevo con gente que ya venía
batiéndose el cobre en las calles junto a otra mucha que ya se había
decantado pero que le ha perdido el miedo a eso de la política. Se trata
por tanto de una herramienta con innumerables potencialidades para l@s
de abajo, para agrandar las brechas que existen y para plantear
alternativas al sistema actual.
Sin embargo, esto dependerá de la orientación y del discurso que acabe teniendo, ya que no todo vale. Tal como se abren, las brechas pueden cerrarse. Sin duda el discurso que mayoritariamente se da por l@s líderes más mediáticos de PODEMOS no ha dejado de moderarse desde que el manifiesto “Mover Ficha” diera salida al proyecto. Las razones para ello han sido las del sentido común y las de la razón de estado. En fin, las del posibilismo. El problema es que siempre que se ha dicho eso, siempre que se tildan algunas medidas como imposibles, resulta que las que son posibles no van acordes con los intereses de l@s de abajo. Pero no solamente es un problema de programa. También de cómo se entiende el cambio de la sociedad en la que vivimos, la cuál no es injusta por una mala práctica de tal o cual político, como si el capitalismo pudiera tener un rostro humano. No caben medias tintas en esta cuestión. Y el estado no deja de ser una herramienta nada neutral dentro de este sistema. Las elecciones y la utilización de las instituciones pueden ayudarnos a agrandar las brechas, siempre y cuando partamos de la idea de que la gente movilizada es la que puede verdaderamente cambiar las cosas, presionando a los gobiernos o defendiendo las medidas que muchos van a estar interesados en entorpecer. Sin esto, cualquier partido que llegue a gobernar, por muy buenas intenciones que tenga, se verá sometido a los poderes que están fuera de los parlamentos. Por eso es necesario tener claro que no todo vale para gobernar y que, ahora más que nunca, es necesario levantar un programa que sea claro con los intereses de l@s de abajo sin preocuparnos de asustar a los que deben tener miedo, es decir, a los banqueros, grandes empresarios y oligarcas. Y hoy en día, desde las caras visibles que pertenecen a la mayoría política de PODEMOS, muchas cosas se están quedando por el camino, aludiendo, como hemos dicho, al sentido común, y con la idea de que es necesario llegar a cuanta más gente mejor, para así poder ganar las elecciones y que comiencen los cambios. Ojalá fuera tan fácil. Los cambios vendrán si tod@s somos capaces de auspiciarlos. Y para ello hemos de ser claros.
En Andalucía, aunque el adelanto de las elecciones al parlamento ha desviado el foco desde el proceso de elección del Consejo Ciudadano Autonómico hacia fuera, hemos de pensar detenidamente sobre ello. El pasado 24 de enero, en Antequera, un centenar de miembros de PODEMOS de diferentes provincias andaluzas se reunieron para dar salida a la conformación de una candidatura para dicho Consejo, que compite con la lista Sembrando futuro, la cual se encuentra encabezada por Teresa Rodríguez y es fruto de un acuerdo entre la eurodiputada y Pablo Iglesias.
“Andalucía desde abajo” pretende evitar los peligros a los que hemos aludido. Su intención es plantear un programa claro de ruptura con la lógica de la búsqueda del máximo beneficio para unos pocos en beneficio de los intereses de l@s de abajo. A la vez que deja claro los límites de las instituciones sin una movilización sostenida por parte de la gente trabajadora y de la juventud. Necesitamos un PODEMOS que apunte decididamente a las movilizaciones y a la autoorganización de l@s de abajo como forma de cambiar las cosas.
Pensamos que Teresa Rodríguez, que ha representado una alternativa política al discurso de la dirección de PODEMOS, hubiera sido la candidata idónea para encabezar dicha lista. Sin embargo, esto ha sido imposible a pesar de varios emplazamientos por parte de las candidaturas alternativas que disputaron los Consejos municpales de PODEMOS a Claro Que Podemos (CQP), como por ejemplo l@s compañer@s de Sevilla o de Málaga. Dos ciudades que mostraron a las claras tener mimbres para organizar una lista independiente a la de CQP en Andalucía, ya que en Málaga se ganó mientras que Sevilla se quedaron a un puñado de votos.
Desde nuestro punto de vista, aceptar un pacto con CQP en Andalucía para estar en minoria tanto en el CC como en la ejecutiva deja poco margen de maniobra a una Secretaría General que quiera desarrollar una política diferente a la de CQP. En ese sentido pensamos que Teresa Rodriguez se ha equivocado al pensar que no hay en estos momentos otra posibilidad de construir un discurso alternativo que pactando con CQP. A partir de ahí lo que está en juego es que los sectores más activos en los círculos y más alternativos puedan acabar diluyéndose poco a poco. Aunque las cuestiones democráticas no sean las únicas diferencias con la actual dirección de PODEMOS, nos parece que los últimos acontecimientos (en los que ha colaborado Teresa Rodríguez, hecho por el que creemos que vuelve a equivocarse) son ya muy escándalosos. Denunciamos de ese modo que el comité electoral de PODEMOS, encargado tanto de diseñar el proceso de designación de la futura candidatura para las elecciones al parlamento andaluz como su programa político, sea compuesto exclusivamente por compañer@s de la lista afín a Teresa Rodriguez y a Pablo Iglesias. Pensamos que de esa forma es imposible pretender echar a Susana Díaz. Necesitamos tener una lista lo más unitaria posible que incorpore a las diferentes sensibilidades así como un programa debatido desde los círculos y no impuesto por un comité electoral que no ha sido elegido por las bases de PODEMOS Andalucía.
Estamos obligados a debatir sobre qué programa necesitamos para Andalucía y sobre cómo se puede imponer dicho programa. ¿Qué pensamos con respecto a la deuda, a la reforma agraria, a la cuestión de un único banco público bajo control social, a la expropiación de las viviendas vacías de las entidades financieras, a la cuestión de la prohibición de los despidos...? ¿Cómo imponemos dichas medidas? Desde las instituciones y sin movilización de l@s de abajo será imposible llevar a cabo un programa que ataque a los intereses de los de arriba. Necesitamos desde ya un PODEMOS basado en los círculos, activo en las movilizaciones (contruyendo las marchas de la dignidad y la huelga general convocada para el 22 octubre), capaz de pesar en el desenlace de luchas como las de l@s compañer@s de Coca Cola en Madrid o la de l@s compañer@s del Centro de Lenguas Modernas en Granada. Por todo ello nace Andalucía desde abajo (ANDAMOS). Es decir no sólo para ser una candidatura al próximo CC andaluz sino para reagrupar a tod@s aquell@s que quieren construir un PODEMOS que vaya en esa dirección.
Si no se consigue construir este PODEMOS, es posible que lleguen las desilusiones y frustraciones después de las primeras victorias electorales, ya que los de arriba intentarán frenar cada movimiento, cada intento de cambio mediante las instituciones. Las presiones entonces serán fuertes, muy fuertes. Toca ahora defender dentro de PODEMOS lo que también queremos fuera: democracia, movilización y un programa que claramente se oponga a la lógica de un sistema que sólo genera miseria y desigualdades para la mayoría.
Sin embargo, esto dependerá de la orientación y del discurso que acabe teniendo, ya que no todo vale. Tal como se abren, las brechas pueden cerrarse. Sin duda el discurso que mayoritariamente se da por l@s líderes más mediáticos de PODEMOS no ha dejado de moderarse desde que el manifiesto “Mover Ficha” diera salida al proyecto. Las razones para ello han sido las del sentido común y las de la razón de estado. En fin, las del posibilismo. El problema es que siempre que se ha dicho eso, siempre que se tildan algunas medidas como imposibles, resulta que las que son posibles no van acordes con los intereses de l@s de abajo. Pero no solamente es un problema de programa. También de cómo se entiende el cambio de la sociedad en la que vivimos, la cuál no es injusta por una mala práctica de tal o cual político, como si el capitalismo pudiera tener un rostro humano. No caben medias tintas en esta cuestión. Y el estado no deja de ser una herramienta nada neutral dentro de este sistema. Las elecciones y la utilización de las instituciones pueden ayudarnos a agrandar las brechas, siempre y cuando partamos de la idea de que la gente movilizada es la que puede verdaderamente cambiar las cosas, presionando a los gobiernos o defendiendo las medidas que muchos van a estar interesados en entorpecer. Sin esto, cualquier partido que llegue a gobernar, por muy buenas intenciones que tenga, se verá sometido a los poderes que están fuera de los parlamentos. Por eso es necesario tener claro que no todo vale para gobernar y que, ahora más que nunca, es necesario levantar un programa que sea claro con los intereses de l@s de abajo sin preocuparnos de asustar a los que deben tener miedo, es decir, a los banqueros, grandes empresarios y oligarcas. Y hoy en día, desde las caras visibles que pertenecen a la mayoría política de PODEMOS, muchas cosas se están quedando por el camino, aludiendo, como hemos dicho, al sentido común, y con la idea de que es necesario llegar a cuanta más gente mejor, para así poder ganar las elecciones y que comiencen los cambios. Ojalá fuera tan fácil. Los cambios vendrán si tod@s somos capaces de auspiciarlos. Y para ello hemos de ser claros.
En Andalucía, aunque el adelanto de las elecciones al parlamento ha desviado el foco desde el proceso de elección del Consejo Ciudadano Autonómico hacia fuera, hemos de pensar detenidamente sobre ello. El pasado 24 de enero, en Antequera, un centenar de miembros de PODEMOS de diferentes provincias andaluzas se reunieron para dar salida a la conformación de una candidatura para dicho Consejo, que compite con la lista Sembrando futuro, la cual se encuentra encabezada por Teresa Rodríguez y es fruto de un acuerdo entre la eurodiputada y Pablo Iglesias.
“Andalucía desde abajo” pretende evitar los peligros a los que hemos aludido. Su intención es plantear un programa claro de ruptura con la lógica de la búsqueda del máximo beneficio para unos pocos en beneficio de los intereses de l@s de abajo. A la vez que deja claro los límites de las instituciones sin una movilización sostenida por parte de la gente trabajadora y de la juventud. Necesitamos un PODEMOS que apunte decididamente a las movilizaciones y a la autoorganización de l@s de abajo como forma de cambiar las cosas.
Pensamos que Teresa Rodríguez, que ha representado una alternativa política al discurso de la dirección de PODEMOS, hubiera sido la candidata idónea para encabezar dicha lista. Sin embargo, esto ha sido imposible a pesar de varios emplazamientos por parte de las candidaturas alternativas que disputaron los Consejos municpales de PODEMOS a Claro Que Podemos (CQP), como por ejemplo l@s compañer@s de Sevilla o de Málaga. Dos ciudades que mostraron a las claras tener mimbres para organizar una lista independiente a la de CQP en Andalucía, ya que en Málaga se ganó mientras que Sevilla se quedaron a un puñado de votos.
Desde nuestro punto de vista, aceptar un pacto con CQP en Andalucía para estar en minoria tanto en el CC como en la ejecutiva deja poco margen de maniobra a una Secretaría General que quiera desarrollar una política diferente a la de CQP. En ese sentido pensamos que Teresa Rodriguez se ha equivocado al pensar que no hay en estos momentos otra posibilidad de construir un discurso alternativo que pactando con CQP. A partir de ahí lo que está en juego es que los sectores más activos en los círculos y más alternativos puedan acabar diluyéndose poco a poco. Aunque las cuestiones democráticas no sean las únicas diferencias con la actual dirección de PODEMOS, nos parece que los últimos acontecimientos (en los que ha colaborado Teresa Rodríguez, hecho por el que creemos que vuelve a equivocarse) son ya muy escándalosos. Denunciamos de ese modo que el comité electoral de PODEMOS, encargado tanto de diseñar el proceso de designación de la futura candidatura para las elecciones al parlamento andaluz como su programa político, sea compuesto exclusivamente por compañer@s de la lista afín a Teresa Rodriguez y a Pablo Iglesias. Pensamos que de esa forma es imposible pretender echar a Susana Díaz. Necesitamos tener una lista lo más unitaria posible que incorpore a las diferentes sensibilidades así como un programa debatido desde los círculos y no impuesto por un comité electoral que no ha sido elegido por las bases de PODEMOS Andalucía.
Estamos obligados a debatir sobre qué programa necesitamos para Andalucía y sobre cómo se puede imponer dicho programa. ¿Qué pensamos con respecto a la deuda, a la reforma agraria, a la cuestión de un único banco público bajo control social, a la expropiación de las viviendas vacías de las entidades financieras, a la cuestión de la prohibición de los despidos...? ¿Cómo imponemos dichas medidas? Desde las instituciones y sin movilización de l@s de abajo será imposible llevar a cabo un programa que ataque a los intereses de los de arriba. Necesitamos desde ya un PODEMOS basado en los círculos, activo en las movilizaciones (contruyendo las marchas de la dignidad y la huelga general convocada para el 22 octubre), capaz de pesar en el desenlace de luchas como las de l@s compañer@s de Coca Cola en Madrid o la de l@s compañer@s del Centro de Lenguas Modernas en Granada. Por todo ello nace Andalucía desde abajo (ANDAMOS). Es decir no sólo para ser una candidatura al próximo CC andaluz sino para reagrupar a tod@s aquell@s que quieren construir un PODEMOS que vaya en esa dirección.
Si no se consigue construir este PODEMOS, es posible que lleguen las desilusiones y frustraciones después de las primeras victorias electorales, ya que los de arriba intentarán frenar cada movimiento, cada intento de cambio mediante las instituciones. Las presiones entonces serán fuertes, muy fuertes. Toca ahora defender dentro de PODEMOS lo que también queremos fuera: democracia, movilización y un programa que claramente se oponga a la lógica de un sistema que sólo genera miseria y desigualdades para la mayoría.