viernes, 20 de marzo de 2015

ANDALUCÍA: LA “TROIKA” ADELANTA LAS ELECCIONES

Susana Díaz es una fiel reflejo de una política profesional que ha hecho su carrera sobre la base de las políticas clasistas imperantes en Andalucía. No ha trabajado jamás fuera del ámbito del Partido Socialista. Su única meta es perpetuarse en el poder y seguir haciendo políticas para sus amos: el capital financiero. Por eso una semana después de aprobar los presupuestos de 2015 adelanta las elecciones casi un año: para contrarrestar la caída libre de su partido, demostrada en las encuestas, y para mitigar el repunte constante de Podemos a lomos de su propia base electoral.

La posibilidad inesperada de formar gobierno tras las elecciones de 2012 con IU, pusieron sobre la mesa varios aspectos centrales: 1) que el PP comenzó su hundimiento en Andalucía (perdiendo más de 400.000 votos respecto a las elecciones generales) sobre la base de la aplicación de las políticas de austeridad y recortes que sólo en 4 meses generaron miseria, despidos y desesperación en la clase trabajadora, 2) Que ese desencanto de la política fue a parar en gran medida a la abstención, pero también a Izquierda Unida, quien recibió 120.000 votos más respecto a los comicios anteriores, lo que posibilitó que pudiese formar gobierno con un PSOE que ya estaba en caída libre, y 3) Que existía en la población un desencanto generalizado, no hacia la política sino hacia un tipo de política concreta: aquella que estaba haciendo retroceder en décadas las condiciones de vida de la clase trabajadora y de las clases populares.

Balance del gobierno andaluz

Cualquier balance sobre el gobierno bipartito andaluz no puede por más que terminar en una única conclusión: el gobierno Díaz-Valderas se ha comportado como un alumno aventajado de la Troika.

Mientras IU acudía a las elecciones con el eslogan de “Rebélate”, menos de dos meses despúes, su líder en Andalucía, Diego Valderas, salía a la prensa como vicepresidente andaluz anunciando el recorte de más 2700 millones de euros. Al cabo de los años el recorte porcentual acumulado en educación y sanidad ha sido el mayor de todas las comunidades del estado: 8,6% y 10,8% respectivamente. En menos de dos meses la rebelión había cristalizado ya en decepción.

La esperanza depositada de miles de trabajadores y trabajadoras en el gobierno de Andalucía y especialmente en Izquierda Unida es ya una experiencia amarga, que como en otras ocasiones (el tripartit catalán o el cogobierno asturiano) ha terminado en derrota para toda la clase trabajadora y la juventud.

Los aprendizajes en estos terrenos pueden ser muy duros si queremos construir una política valiente que ponga fin a los recortes y que redistribuya las riquezas. El aprendizaje de las experiencias como el bipartito andaluz o incluso las de un gobierno griego que finalmente se condena a hacer más de los mismo, pueden ser la de que no existe política posible más allá de la austeridad y los recortes. No existe política más allá del capitalismo. De no haber aparecido otras nuevas fuerzas a la izquierda, la experiencia del gobierno PSOE-IU sería campo abonado para la derecha y sus nuevos rostros (Ciudadanos).

La irrupción de Podemos

Afortunadamente el voto decepcionado de la nefasta experiencia del gobierno andaluz tiene un nuevo destino: Podemos. Podemos, en menos de un año se ha convertido en la esperanza de mucha gente trabajadora y joven. Ha pasado de la nada a convertirse, según muchas encuestas, en la primera fuerza política del estado y en la tercera en Andalucía, en un escenario de un parlamento andaluz muy fragmentado en el que PP e IU perderían casi la mitad de su electorado y el PSOE obtendría el peor resultado de su historia. Vivimos momentos turbulentos en los que los resultados del 22M pueden ser como los de las últimas elecciones andaluzas: una sorpresa para todos.

Podemos ha recogido parte del capital político que se comenzó a gestar con el repunte de la movilización social nacida desde el 15 de mayo de 2011: luchas en empresas, mareas ciudadanas, movimiento anti desahucios, marea negra, huelgas estudiantiles, marchas por la dignidad, etc. En menos de un año, Podemos se ha convertido en toda una amenaza para los políticos tradicionales y en el enemigo nº 1 a batir. Un primer balance de Podemos nos dice que aún siguen abiertas muchas posibilidades en su seno que hacen que hablar de cualquiera de sus posibles trayectorias sea aún prematuro. Lo que sí podemos decir es que lo que pase dentro de Podemos va a depender en gran medida de lo que ocurra fuera. Sin una movilización fuerte en la calle de la juventud y de la clase trabajadora, Podemos podrá girar hacia posiciones posibilistas que frustren las expectativas de gran parte de las clases populares.

De hecho, la propia naturaleza de Podemos y su relación con la realidad social, han hecho que la propia esperanza que supone su gestación haya servido de freno de la movilización social, reforzando así en su seno las posturas más adaptacionistas al sistema. El programa de Podemos a las elecciones andaluzas así lo refleja, alejandose mucho del programa presentado a las elecciones europeas. Que hayan desaparecido cuestiones centrales como el no pago de la deuda ilegítima, nacionalización de la banca y resto de sectores estratégicos, la eliminación de la escuela concertada, la prohibición de los despidos en empresas con beneficios o la cuestión del reparto de la tierra, etc. no es si no consecuencia de la tendencia señalada más arriba y la relación entre el exterior y el interior. En ese sentido el programa de PODEMOS para las elecciones andaluzas muestra una tendencia que gira cada vez más hacia posturas reformistas que nada tienen que ver con medidas en ruptura con la lógica del sistema capitalista.

Perspectivas

Sin embargo, la realidad actual tanto dentro como fuera de Podemos se nos presenta por ahora aún abierta. La clase trabajadora y la juventud sufren unas políticas de retroceso que no tienen vuelta atrás dentro de los márgenes de este sistema. Un gobierno andaluz que pertenezca a estas mismas clases no tiene más salida que ser un gobierno desobediente. Las necesidades de la población y la propia naturaleza de la deuda, nos obligan a tener que suspender sus pagos para afrontar con esos recursos liberados todas las tareas en materia de creación de empleo, recuperación y mejora de los servicios públicos, derecho a vivienda, etc.

Un gobierno de los de abajo no puede por más que apoyarse en la movilización social para implementar sus reformas. Es impensable pensar que sin esa presión un gobierno puede llevar a cabo el programa necesario para revertir las lógicas de las políticas de miseria. La presión y el chantaje de las organizaciones de la Troika, hacen necesario que una política de tranformación social, necesariamente cuente con dos patas: una dentro de las instituciones y otra, más importante aún, en la calle, que funcione como una verdadera olla a presión que haga mover los engranajes de una política transformadora. Eso significa que PODEMOS debe convertirse en una herramienta que tenga como prioridad a parte de ocupar las instituciones aumentar el nivel de conciencia de la gente trabajadora e implantarse en si seno. Ya que sin la movilización y organización de l@s que producimos las riquezas es imposible pensar en un cambio real para los de abajo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario